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viernes, 20 de junio de 2008

¿Por qué sufro de ataques de ansiedad, sobretodo en las tardes?


¿Es el cuerpo que nos “pide” azúcar o es que uno se niega a privarse del placer de comer “sabroso”? Aquí te damos seis razones que te pueden ayudar a aclarar tu caso.

1. Cuando el deseo por los carbohidratos se debe a bajos niveles de serotonina

¿Te sientes irritable, sufres de insomnio y, además, eres “adicto al dulce”? Los bajos niveles de serotonina –uno de los “mensajeros alegres” del cerebro- puede ser la explicación.

El cuerpo produce la serotonina cuando está sometido a estrés, y el dulce proporciona la sensación de “estar mejor”, gracias a la mucha insulina que segrega al consumirlo. Sin embargo, este recurso es un falso “levantamuertos”. Así como el alcohol, el cigarrillo y cualquier otro tipo de droga, el azúcar nos estimula para después dejarnos peor que antes: gordos, tristes y hambrientos.

Para controlar la adicción al dulce por bajos niveles de serotonina lo mejor es comer alimentos como la carne de res y el pavo, además de carbohidratos de bajo índice glicémico como vegetales, semillas, granos y frutas.

Recomendación: Un suplemento con el que se han obtenido excelentes resultados es el 5-HPT (5-hydroxytryptophan), precursor de la serotonina. Los estudios han demostrado que promueve la pérdida de peso al disminuir considerablemente el deseo por los carbohidratos; sin embargo, nunca debe ser ingerido si se están tomando medicamentos antidepresivos o si se han tenido crisis asmáticas recientes. Consulta a tu médico.
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2. Cuando el deseo por los carbohidratos se debe a la insulina elevada

“¿Cómo es posible que esta muchachita no pueda controlar las chucherías?”, pregunta la madre ante su avergonzada hija. Pues le voy a decir cómo: podría tener hiperinsulinismo y usted, señora, la ha estado regañando por algo que no es su culpa. Cuando se tiene hiperinsulinismo, la necesidad por los carbohidratos no está en la mente, está en el cerebro. Pero esto tiene una explicación: el hambre, los carbohidratos y la insulinorresistencia (hiperinsulinismo) están relacionados de manera directa.

Cuando alguien tiene resistencia a la insulina siente deseos por el dulce, porque el mecanismo no funciona de manera efectiva y por ende, se produce menos serotonina y más deseo por el dulce (recordemos que el dulce y las harinas son los alimentos que más disparan la insulina). De esta forma, el resistente a la insulina desea el dulce, cuando asegura estar bajo estrés o triste, para aumentar sus niveles de tranquilidad y alegría. Asimismo, las personas con insulinorresistencia sufren de “ganas de comer” frecuentemente, debido a que la gran estimuladora del apetito (neurohormona Gherlin) no disminuye sus concentraciones después de las comidas.

Si sientes que “necesitas” los carbohidratos, o tienes Síndrome de Ovario Poliquístico, o algún familiar diabético, si tienes grasa acumulada alrededor de la cintura, o sencillamente engordas fácilmente, puede que tengas hiperinsulinismo por insulinorresistencia así que no dejes de consultar a tu médico o a un especialista.

Recomendación: te debes realizar un exámen de sangre, llamado "curva gluco-insulínica basal" para determinar si padeces o no de esta enfermedad. ¡La buena noticia! El hiperinsulinismo puede desaparecer al adelgazar, y con ello, también el deseo recurrente por el dulce y las harinas. Sin embargo, si se toma en cuenta que la insulina propicia el hambre y por eso se engorda, adelgazar no es una empresa fácil en estas condiciones. Lo indicado es buscar la ayuda profesional.

3. Cuando el deseo por los carbohidratos se debe a que se están consumiendo

Tú lo has vivido. Comes dulce y al rato te provoca más. Pasas tres días sin tocarlos y es prueba superada. ¿Por qué? ¿Es hábito o es que a uno se le olvida lo bien que saben? La razón puede ser fisiológica. Siempre que comemos azúcares y harinas refinadas, el páncreas produce un chorro de insulina que los cuerpos de Adán y Eva nunca sufrieron —ellos no tenían estos alimentos-. Luego, la glicemia tiende a bajar a valores normales, incluso “demasiado” hasta llegar a la hipoglicemia —baja de azúcar— y para elevar los valores de glucosa, en esos momentos el cuerpo dispara los mecanismos de hambre y, por lo general, provoca comer más dulces o harinas.

Existen personas en las que este efecto es mucho más pronunciado, llegando inclusive hasta el desmayo. Esta condición se denomina hipoglicemia reactiva. Tu médico la diagnostica con un examen de sangre denominado curva de tolerancia glucosada. Es bueno dejar claro que puede existir hipoglicemia sin deseo por el dulce.La irritabilidad -responsable de infinidad de divorcios y pérdidas de empleo- la fatiga, la depresión, dolores de cabeza y memoria deficiente, entre otros, son algunos de los síntomas que pueden estar presentes.

Recomendación: El tratamiento a la hipoglicemia reactiva se basa en dietas que contengan de cuatro a cinco comidas diarias, en pequeñas cantidades y sin harinas ni dulces, reforzadas con la ingesta de zinc, cromo y magnesio como suplementos nutricionales.

4. Cuando el deseo por los carbohidratos se debe a la “comida emocional”

Apuesto a que nunca has escuchado decir “no me gustan los carbohidratos” —los azúcares también son carbohidratos—. Ese tipo de ser humano que afirma no gustarle las harinas y los dulces no ha nacido todavía, usted se preguntará: ¿Por qué? ¡¡¡Porque saben a gloria!!! ¡¡¡Y punto!!!. La comida es un placer y los carbohidratos son lo máximo.

La llamada “comida emocional” -comer sin tener apetito a causa de un estado emotivo- es uno de los temas más comunes entre las personas de diferentes razas y edades. Todos sabemos lo que es comer sin hambre. O porque estaba rico, o porque estoy solo, o porque estoy aburrido, o porque estoy feliz, o porque hay que celebrar. Siempre hay una excusa; más aún cuando se trata del estrés.

Sin embargo, cuando la comida emocional es frecuente, es seguro que busca aliviar algo más. Muchas veces nos sometemos a vidas que en realidad no queremos y terminamos “autoagrediéndonos” con la comida.

5. Cuando el deseo por los carbohidratos se debe a la menstruación

El Síndrome Premenstrual o SPM tú lo conoces bien. Es ese momento místico y hermoso que sólo le pertenece a la mujer, cuando el cuerpo se prepara para una limpieza que le permitirá recibir un nuevo ciclo de forma renovada.

Antes de la menstruación las moléculas reguladoras del apetito y la saciedad (serotonina, insulina, el neuropéptido Y y la leptina), alteran su presencia en el cuerpo, de forma abrupta, puesto que establecen una estrecha relación con las hormonas femeninas.

No todas las mujeres experimentan el SPM, ni todas tienen los mismos síntomas. Unas se ponen más irritables, otras más emocionales, pero la mayoría coincide en una palabra: chocolate.

Recomendación: Los chocolates negros sin azúcar son de gran utilidad; complacen el deseo sin llegar a disparar la insulina a niveles perjudiciales. Muchas mujeres dicen calmar el deseo por el dulce con la nuez, la macadamia y el merey que son igualmente efectivos.La glutamina en polvo (aminoácido no esencial) y los ácidos grasos esenciales Omega 3 son las mejores armas a utilizar si se tiene esta condición.

6. Cuando el deseo por el dulce se debe a la “comida compulsiva”

“Pero si conozco lo mal que me siento, ¿por qué lo sigo haciendo?”. ¿Te has hecho esta pregunta más de una vez por ingerir desproporcionadamente grandes cantidades de alimento? Entonces es probable que seas comedor compulsivo (CC).

El CC se caracteriza por comer mucho y sin control, con sensación de no poder parar. En su mayoría se trata de personas exitosas, competitivas y “automotivadas” que lo único que no han podido controlar en sus vidas es este problema. Si eres familiar de un CC es posible que lo hayas aconsejado más de una vez con frases como “tienes que tomar conciencia... es sólo por tu bien” o “lo que tienes que hacer es aprender a comer”. Una nota de aviso: decirle a un comedor compulsivo que aprenda a comer es como decirle a una persona que sufre de ataques de pánico que aprenda a relajarse. Este tipo de consejos, aunque bien intencionados, sólo consiguen aumentar los niveles de frustración de la persona.

Recomendación: La terapia cognitiva, la administración de medicamentos, como la naltrexona y los inhibidores de los recaptadores de la serotonina, en conjunto con los grupos de apoyo (por ejemplo, Comedores Compulsivos Anónimos www.overeatersanonymous.org) han resultado muy exitosos en el tratamiento.

Recuerda...

El cuerpo no está loco. Todo tiene una razón.Nadie come lo que hace daño, porque quiere hacerse daño. El cuerpo pide muchas cosas, pero lo que en resumen siempre pide es sentirse bien. Sentirse bien para ayudar al espíritu a cumplir su misión. Tú puedes cambiar el futuro. No dejes de consultar al especialista.

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